En una compulsa muy reñida, las demoras en el último tramo del escrutinio provisorio dilataron la definición en la elección por la sucesión de Juan Schiaretti. A las 2 de la madrugada de este lunes Martín Llaryora se adjudicó el triunfo. Una hora antes, Luis Juez habían salido a anunciar que esperará el recuento definitivo para conocer "hasta el último voto".

Córdoba (enviada especial) - En un duelo polarizado y fuertemente nacionalizado que derivó en un escrutinio infartante y demorado por problemas de conectividad en las escuelas, pasadas las 7.15 de la madrugada de este lunes el candidato a gobernador de la oficialista Hacemos Unidos por Córdoba, Martín Llaryora, aventajaba ajustadamente por 3 puntos a la espada de Juntos por el Cambio, el senador nacional Luis Juez, en la elección para definir la sucesión del peronista no kirchnerista Juan Schiaretti. La fórmula del exFdT, en tanto, marchaba sexta, en durísimo revés.

Escrutado el 94,9% de las mesas, la dupla del intendente capitalino Llaryora y la radical díscola Miryan Prunotto obtenía el 42,76% de los votos, sobre el 39,76% de la fórmula de JxC, integrada por Juez (Frente Cívico) y por el diputado nacional y titular de la UCR provincial, Marcos Carasso (del riñón de Mario Negri).


Muy lejos, en tercer lugar se ubicaba Encuentro Vecinal Córdoba, con Aurelio García Elorrio, con el 3,01%.

La Libertad Avanza, que postula Agustin Spaccessi, aunque sin el apoyo abierto de Javier Milei, aparecía cuarto, con el 2,49%. Quinto marchaba el FIT-U, con Liliana Olivero, con el 2,37%.

Y recién en el sexto escalón marchaba la fórmula del exFdT, que a diferencia de 2019 esta vez sí tuvo candidato a gobernador. Con el sello de Creo en Córdoba de Todos, el tándem del intendente de Embalse, Federico Alesandri (del sector del vicepresidente del Banco Nación, Carlos Caserio) y la diputada nacional camporista Gabriela Estévez, auspiciada por Cristina de Kirchner, obtenía a esta altura del escrutinio el 2,19%, en la peor elección a gobernador del kirchnerismo en Córdoba en una provincia con largo historial electoral adverso.

La participación fue baja: rondó el 68,27%, lo que favoreció al oficialismo.

Frente al carácter reñido de la compulsa, las demoras en el tramo final del escrutinio dilataron las definiciones oficiales sobre ganadores y perdedores de la contienda, y tanto desde el oficialismo como de la oposición salieron a pedir celeridad a la Justicia electoral.

Recién poco antes de las 2AM se activó el bunker oficialista, desde donde presentaron “al gobernador electo de Córdoba”.

“Los máximos perjudicados somos todos los cordobeses y en especial los que teníamos derecho a festejar por el esfuerzo puesto en la campaña”, dijo Llaryora, y se adjudicó el triunfo. “A partir de diciembre vamos a trabajar para los que nos votaron y los que no nos votaron; empieza una nueva era, una nueva provincia con las reformas necesarias para mejorar”, dijo, y lamentó: “No podemos festejar, vamos a esperar, pero todos saben que la tendencia es irreversible”, por cerca de tres puntos.

“Me da pena que en una provincia como la nuestra, con la tecnología que tenemos, no tengamos el escrutinio terminado”, dijo. Pero recalcó que, con casi un 90% concluído, hay “unos 50.000 votos de diferencia”.

 

“Hicimos una elección descomunal, pero no podemos ni festejar ni saludar al intendente porque a la 1 están cargando las actas a mano porque se les cayó el sistema y hubo problemas con la conectividad”, dijo.

Bullrich, por su parte, sostuvo que desembarcó en Córdoba para “acompañar a JxC Córdoba, con la idea de que a las 22 íbamos a tener el resultado”. “Cuidar la democracia es cuidad hasta el último voto de los cordobeses”, enfatizó.

Hemos dado este primer paso, hemos dejado jirones de nuestra vida. Agradezco a mi compañera de fórmula @myriprunotto, será la primera vicegobernadora radical de nuestra provincia. Empieza otra provincia.