Como operadora del 101, junto a su compañera, guió por teléfono a la mamá del pequeño que tenía un mes y se había ahogado cuando tomaba la leche. Dos mujeres policías salvaron la vida de un bebé que se ahogaba en una vivienda de la localidad cordobesa de Alta Gracia, el jueves 20 de mayo de este año.

A través del teléfono, las operadoras del servicio 101 le indicaron a la desesperada mamá cómo realizar la maniobra de Heimlich y desobstruir las vías respiratorias del pequeño.

La sargento Carolina Figueroa y la agente González fueron quienes en ese entonces atendieron la llamada de una joven de 23 años, quien les manifestó que su hijo se estaba asfixiando.

Luego del episodio, tanto la mamá como el bebé fueron trasladados al Hospital Illia para recibir la atención médica correspondiente. Por fortuna, fuera de peligro.

Meses después, la cara de la policía volvió a aparecer en los portales de Alta Gracia pero esta vez como víctima de un brutal femicidio perpetrado por su esposo Suárez, quien también trabajaba en la Jefatura Departamental San María desde hace diez años.

Ambos tenían dos hijos, Agustina (20) y Benjamín (21), que vivían con ellos en la casa de Godoy Núñez al 700, donde ocurrió el crimen durante la madrugada de este domingo.

Los investigadores reconstruyeron que Agustina intentó frenar a su papá mientras agredía a su mamá en la habitación matrimonial. En esas circunstancias, el hombre agarró su arma y ejecutó de varios disparos a la mujer delante de su hija.

Fueron los vecinos quienes denunciaron que escuchaban gritos y detonaciones; e incluso llegaron a sacar a Agustina de la casa hasta que llegó la Policía. Los propios compañeros de la pareja acudieron al alerta y encontraron el cuerpo de la víctima, que tenía al menos cuatro heridas de bala, una de ellas en la mano. Suárez, por su parte, escapó en el auto de la familia. Fue hallado horas después, en el cementerio La Paloma, a pocas cuadras de la casa, donde se quitó la vida en la tumba de su padre, indicaron fuentes policiales.

Si bien el fiscal de Instrucción de Alta Gracia, Alejandro Peralta Ottonello, apuntó que no habría antecedentes por violencia de género, amigas, compañeros y allegados de Carolina aseguraron que estaban al tanto de los episodios que sufría la mujer por parte de su esposo, y cuestionaron la labor del gabinete de psicólogos para asistirla.