El presidente electo hace equilibrio para armar un equipo de gobierno con "sustentabilidad" política dentro del PJ. Kicillof encara transición área por área con Vidal. En Nación no hay contactos.

El gabinete de Alberto Fernández comenzará a definirse esta semana a partir de un fino equilibrio entre los distintos sectores del peronismo que integran el Frente de Todos. Cristina Kirchner, artífice de la fórmula presidencial ganadora, no reclamó cargos específicos pero supervisa cada uno de los nombres que figuran en los borradores de futuros ministros. Axel Kicillof, nuevo gobernador de la provincia de Buenos Aires, Máximo Kirchner en Diputados y Eduardo “Wado” de Pedro en el Ministerio del Interior serán sus propios termómetros políticos.

Pero Sergio Massa también avanza con fichas propias en el diseño del futuro gabinete nacional. Daniel Arroyo fue confirmado a cargo de la cartera de Desarrollo Social en la última reunión que Alberto encabezó junto a empresarios y dirigentes social para impulsar el proyecto “Argentina sin Hambre”. Diego Gorgal, uno de los principales detractores de Patricia Bullrich, ocuparía la jefatura del nuevo Consejo Nacional de Seguridad, un ente que estará regido por una carta orgánica similar a la del Banco Central en relación a la autarquía de ese organismo. Massa ya trabaja en la redacción de una ley para delimitar facultades y atribuciones de este Consejo que dotaría a Gorgal de seis años de estabilidad en el cargo.

El principal interrogante sigue siendo el gabinete económico. Martín Redrado nunca estuvo en los planes. Guillermo Nielsen está encorsetado en el relanzamiento de Vaca Muerta. En la conversación telefónica de la semana pasada entre Alberto y Kristalina Georgieva acompañaron al presidente electo Matías Kulfas y Cecilia Todesca. El dato no es menor. La llamada desde Washington entró al celular de Kulfas quien puso el altavoz para materializar el calla con el presidente electo. El economista del Grupo Callao sigue en carrera para el Ministerio de Economía pero también podría ocupar Producción, una cartera que estaba cerca de Gabriel Katopodis, el intendente de San Martín que integra el primer anillo de confianza presidencial en el conurbano bonaerense. Como tapado aparece también Martín Guzmán, discípulo de Joseph Stiglitz y operador de Massa en Nueva York en el proceso de renegociación informal de la deuda con bonistas estadounidenses. Fernández y Guzmán volvieron a encontrase en la gira del presidente electo por México y se mantienen en contacto.

En Cancillería sigue firme Felipe Solá a pesar de que también comenzaron a circular los nombres de Gustavo Béliz y también persiste la posibilidad de Jorge Argüello. El exembajador en Estados Unidos de Cristina trabaja cerca de Guzmán para convencer a Donald Trump de oxigenar al futuro gobierno en la renegociación del pago de deuda ante el FMI. Con Estados Unidos como principal acreedor dentro del organismo multilateral, Argüello junta masa crítica de bonistas americanos para que el nuevo acuerdo con el FMI permita el pago sin quita a tenedores de deuda de ese país.

El presidente electo intenta contener a todos los sectores en un gabinete que tendrá más “albertistas” que kirchneristas de paladar negro. Hasta ahora, más allá de “Wado” De Pedro el único dirigente ultra K que integraría el staff de ministros es Agustín Rossi. El santafesino iría a Defensa, más que por vocación o interés propio, para dejarle liberado el camino a Máximo Kirchner como jefe de bloque. Un esquema similar se aplicaría con Carlos Caserio en el Senado. Para que Cristina pueda coronar a su propio jefe de bloque en la Cámara alta, por ahora se menciona al formoseño José Mayans, el titular del PJ cordobés se mudaría al Ministerio de Transporte o de Turismo. Massa ingresaría en esa negociación teniendo en cuenta que el peronismo de Córdoba se movió en tándem con el tigrense desde la elección del 2015 cuando el jefe del Frente Renovador animó una PASO presidencial junto a José Manuel de la Sota. Por eso no se descarta que Caserio caiga finalmente en Turismo para que el futuro presidente de la Cámara de Diputados ubique en Transporte a Raúl Pérez. Ante la negativa de Roberto Lavagna de sumarse al Consejo Económico y Social, el economista ofreció a su hijo Marco para ocupar la dirección del INDEC a partir del 10 de diciembre.

En Trabajo estará confirmado Claudio Moroni a pesar del rechazo de Hugo Moyano y de un sector de la UIA mientras que para la Agencia Federal de Inteligencia apareció el nombre de José “Pepe” Albistur, amigo personal del presidente electo. En Justicia sigue firme Marcela Losardo, de estrecha confianza del futuro presidente mientras que Legal y Técnica estará ocupado por Vilma Ibarra, otra albertista de la vieja guardia.

Los intendentes de la provincia de Buenos Aires aún desconocen que peso tendrán en el gabinete nacional pero también en el bonaerense. Axel Kicillof también debe terminar de completar casilleros y más allá de los seguros desembarco de Carlos Bianco en gobierno y Augusto Costa en Economía/ Producción aún faltan cubrir áreas sensibles. A diferencie de lo que ocurre a nivel nacional, en Buenos Aires se instrumentó una transición ordenada y área por área.

El viernes pasado Martín Insaurralde rompió el hermetismo de los alcaldes bonaerenses y fue el primer en celebrar la designación de Máximo Kirchner como jefe de bloque en el Congreso, una especie de contrapeso de Massa en la Cámara de Diputados. “Estoy convencido de que Máximo será un gran presidente de bloque, porque tiene una gran visión política y capacidad articuladora, es un dirigente de diálogo y consenso”, destacó el intendente de Lomas de Zamora, quien construyó una estrecha relación con el diputado. Desde Lomas, Federico Otermín, longa manu de Insaurralde en plano parlamentario, también aparece como candidato para presidir la Legislatura bonaerense.