En el seno del Gobierno provincial hace tiempo dialogan sobre la necesidad de una renta básica universal, sobre todo dirigida a los jóvenes. El proyecto podría ver la luz en los próximos meses y ubicaría a La Rioja a la vanguardia en materia de desarrollo social. La ambiciosa medida buscaría terminar con la desocupación en ese segmento muy golpeado, posiblemente hasta los 30 años, que según una encuesta privada más del 60% estaría desempleado.

 Además evalúan que la inyección de recursos serviría para apuntalar el proceso de reactivación de la economía. Por otra parte frente a la aceleración de la vacunación, la salida se percibe más cercana. Es innegable que existe una marcada cuota de violencia en Argentina que crece a ritmo vertiginoso. El malestar y los inconvenientes lógicos ocasionados por la Pandemia y la crisis económica, se emulsionaron con la ansiedad que genera en algunos dirigentes políticos el proceso electoral que se avecina. Así conformaron un cóctel difícil de tragar y digerir para el ciudadano de a pie. El que está peleando a capa y espada en medio del temporal.

Cerca del final de la semana, luego de dos escándalos de peleas y discusiones en la Cámara de Diputados y el Concejo Deliberante, Quintela, en un tweet que pareció estar dirigido a propios y extraños, reclamó: “no nos podemos permitir perder tiempos en discusiones que no involucren las preocupaciones que tiene el pueblo, porque el pueblo nos ha elegido para representar sus intereses, escuchar sus demandas y administrar sus expectativas”.

La ansiedad de los ciudadanos pasa por otro lado. El divorcio existente entre peticiones populares y cierta dirigencia “ombligocéntrica”, preanuncia más tiempos violentos y sufrimientos. Si es que no se comienza a invertir esta ecuación.

En la serie de posteos de Twitter citados, el Gobernador también definió al ejercicio de la política claramente como una herramienta útil a la sociedad y al ser humano, no como un fin en sí mismo. Difundió: “las crisis no deben ser provocadas por la política sino resueltas a través de ella. Las decisiones serán políticas y las discusiones también serán políticas pero sólo deben servir para salir juntos y vivos de esta coyuntura”.

Los jóvenes son el sustento de la política para salir de la crisis

Infaliblemente en los jóvenes está la fortaleza para transformar la crisis. A ellos es a los que menos afecta el virus de forma fisiológica, y no es casualidad, pero seguramente es a los que más afectó en su desarrollo personal y comunitario.

Es probablemente inimaginable el impacto que tendrá la pandemia en los escolares que habrán perdido gran parte de la experiencia de socialización, hasta para los jóvenes que ven dificultados sus estudios superiores o la inserción en el mercado laboral. Todo a causa de la crisis sanitaria y económica.

Como contrapartida, este trance para los jóvenes, también podrá ser una oportunidad de forjar cierta resistencia, fortaleza y valor para enfrentar y construir otro futuro. En ese sentido, fuentes del Gobierno, dejaron trascender que están pensando como allanar el camino para generar un escenario propicio para el desarrollo basado en la juventud.

El plan de Quintela es simple de comprender, pero el objetivo tiene una contundencia inédita, repiten los allegados al Gobernador. Se trata de darle trabajo y capacitación absolutamente a todos los jóvenes a través de un ingreso o renta universal.

El gobernador quiere que se queden en sus ciudades y desarrollen sus lugares; para lograr esto hay que “afinar muchísimo el lápiz” y hacer un esfuerzo gigantesco desde el Estado, como nunca se hizo, afirman los interlocutores.

Si bien el concepto del programa es simple, involucra un grado de desarrollo complejo de la gestión. Más allá de los cuantiosos recursos económicos, este shock laboral y de capacitación requerirá seguramente una ingeniería muy aceitada desde el Estado, para organizar el trabajo y la formación de la mayor porción de la población que son los jóvenes. Una gestión titánica que involucrará a todas las áreas del Estado.

La demanda social de los jóvenes

Según un estudio que realizó la consultora AltoDato el 63% de los jóvenes menores de 29 años está desempleado. Mientras que los que trabajan rondarían sólo el 37%; esa torta está compuesta por un 25% que tiene trabajo formal o informal y un 12% que es autónomo. No se informó cuántos estudian, o cuántos buscan trabajo o lo buscaron alguna vez.

En la pirámide poblacional de La Rioja los jóvenes de 18 a 29 años representan el 34% del total, es decir que a estimaciones del 2020 serían alrededor de 133 mil ciudadanos. Los desocupados rondarían los 84 mil jóvenes menores de 29 años.

Surge un dato significativo a la hora de evaluar las demandas de esta porción de la población: las peticiones al Gobierno no difieren demasiado de las detectadas entre los ciudadanos en general. Economía y salud encabezan los pedidos. Pero dentro de la economía se verifican dos sub-intereses marcados: el trabajo y el precio de los alimentos. En este rango etario también aparece la “necesidad de educación” en el radar de las demandas.

El trabajo de la consultora fue realizado esta semana que pasó y constató que si bien en la instalada dicotomía entre salud y economía, la primera obtiene una leve ventaja entre los riojanos y riojanas, la mayoría del 62% asegura que los dos aspectos de la crisis son importantes por igual.

Altos niveles de gestión

Justo a mitad del año, fuentes de hacienda del Gobierno aseguraron a Medios Provincia que la ejecución presupuestaria de 2021 tiene una excelente dinámica. Estiman que ya se ejecutó más de la mitad del presupuesto y evalúan que es la primera vez en varios años que la gestión fluye con tanta celeridad y eficiencia.

Sin embargo en el seno del Gobierno preocupa que la dinámica de la pandemia y la crisis económica, no permitan que algunos sectores de la población estén interpretando y comprendiendo, la calidad y cantidad de gestión que se está llevando a cabo.

La semana que pasó el gobierno provincial continuó con el firme propósito de saneamiento de la administración pública, al entregar más de una centena de nombramientos a trabajadores estatales precarizados.

Quintela, junto al ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación, Jorge Ferraresi, anunciaron la construcción de cientos de viviendas y entregaron otro tanto, además de escrituras.

El intendente de Chepes, Cristian Pérez, calificó el momento como una “bisagra en la historia de la Provincia”. Se refería a al Plan Provincial de Conectividad al interior profundo, que a través de la empresa estatal Internet para Todos permitirá contar con servicios de calidad a cada rincón de La Rioja.

También el Chepeño aseguró que se cumplieron los derechos de niños y niñas que ahora podrán acceder a una educación en igualdad de oportunidades, haciendo referencia al plan Rosario Vera Peñaloza que entregó cientos de computadoras para estudiantes de nivel primario.

Todo en una semana. No hay que olvidar la inauguración y el avance de fundamentales obras hídricas, la entrega de móviles a la policía y la visita del embajador de la Argentina en Brasil, Daniel Scioli, a principios de la semana pasada.

El ex candidato a Presidente resaltó las grandes posibilidades que se abren en La Rioja para exportar a Brasil, por la diversidad de productos que tienen una identidad y una calidad reconocida.

Scioli afirmó que perseguirá el objetivo de conectar las economías regionales de cada provincia con los potenciales compradores. Enumerando en el caso de La Rioja: la pasa de uva, el ajo, el aceite de oliva, los vinos y otras tantas oportunidades. “Este es el comienzo”, auguró.

La presencia y la fortaleza del Estado

La pandemia avivó una vieja discusión: la presencia del Estado y su tamaño. Ante las evidencias, es notable que la mayoría de los ciudadanos están reclamando que el Estado no sólo tenga más presencia.

Según el sondeo de opinión pública citado anteriormente, del mismo modo están reclamando mayor representación, más eficiencia, distribución, igualdad de oportunidades, control y transparencia.

Da la sensación que estas demandas dejan a la posición política de reducir el Estado y confiar todo a la inversión privada y al mercado, en una idea demodé. La gestión anterior del Gobierno nacional, que concluyó apenas unos meses antes de que se declarara la pandemia, entregó el mando sin Ministerio de Salud de la Nación (lo había reducido a una Secretaría), con una recesión de dos años y una deuda récord e impagable.

La gestión del ex Presidente Macri dejó a la Argentina en una situación débil, sobre todo frente a una pandemia. Que siempre puede volver a ocurrir.

Es para reflexionar que hoy ni los dirigentes nacionales, ni los socios locales de Juntos por el Cambio nada dicen acerca de cuáles son sus proyectos para enfrentar la etapa de reconstrucción de la trama social, productiva y económica.

Sólo hablan de errores y fracasos. Tal vez no todos, pero muchos de ellos sucedieron, sin dudas, forzados por las ideas y acciones que debilitaron y desempoderaron al Estado.