Las empresas de retail advierten que las industrias tratan de filtrar incrementos por encima de los precios máximos. Ya hubo denuncias. Algunos proveedores dan de baja promociones que representan hasta 15% de aumento.



Las cadenas de supermercados miran con preocupación las listas de precios que están llegando desde sus proveedores. Por un lado, sienten la presión de los inspectores de la Secretarìa de Comercio y la AFIP, que velan porque se cumpla con el programa de precios máximos.

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Pero por otro lado, sus proveedores tratan de filtrar incrementos que se chocan con la prerrogativa del Gobierno y temen que, si los habilitan, las clausuras y sanciones recaerán sobre ellos y no sobre los fabricantes. Mientras tanto la situación provoca malhumor y rispideces en la relación entre las grandes cadenas de supermercados y muchos de los más importantes productores de alimentos, bebidas y artículos de limpieza del país.

Natalio Grinman, el secretario de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), comentó lo ocurrido a un supermercadista del interior que lo llamó hace unos días para presentarle el caso de que “el Gobierno le pedía que vendiera una paquete de azúcar a $51 y su proveedor se lo dejaba a $54”. “Es verdad que está pasando esto...”, dijo el empresario quien forma parte del grupo de consulta del Gobierno en lo relacionado a cómo administrar las posibles flexibilidades a la cuarentena.

El Gobierno dispuso un listado de valores máximos para 2.300 productos, de 50 categorías, a niveles del 6 de marzo. En las últimas semanas se produjeron algunas clausuras de locales acusados de infringir la norma.

Grinman aclaró que el sector del comercio “no es formador de precios”, al deslizar una crítica a las inspecciones y clausuras de parte de inspectores en algunos locales donde se comprobó que no se respetaba el listado con los valores indicativos. El secretario de la CAC, donde confluyen las entidades del supermercadismo, consideró que “es imposible controlar las más de 2.000 bocas de expendio” que tiene el sector en todo el país.

De acuerdo con los empresarios, los mayores problemas estarían en los artículos de primerísima necesidad, como el aceite y la harina. Ya en el ministerio de Desarrollo Productivo habían tenido problemas con los productores de azúcar, a quienes no les pudieron arrancar un compromiso para incluir el producto en Precios Cuidados.

Si bien algunos empresarios del sector advierten que en algunos casos los productos llegan con subas nominales de precios, en otros casos se buscan atajos. Se eliminan bonificaciones y promociones. De ese modo, se trata de filtrar avances del orden del 15%.

Por el lado de los supermercados más chicos, que pertenecen a cadenas regionales, avisaron la semana pasada a sus proveedores que dejarán de aceptar listas de precios con incrementos de valores por encima de lo estipulado por la Secretaría de Comercio. Se trata de los que están representados por la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA). A diferencia de los supermercadistas chinos, que suelen proveerse con intermediarios mayoristas, los establecimientos de este grupo tienen relación directa con las industrias proveedoras. Es decir, son los mismos que le venden a las grandes.

Una nota firmada por Ricardo Zorzón, titular de CAS y Víctor Palpacelli, presidente de FASA, comenzó a circular la semana pasada entre las empresas proveedoras de artículos de primera necesidad. Allí advierten que “se verifica una gran cantidad de violaciones” a la normativa de los precios máximos dispuesta por el Gobierno el mes pasado y que por lo tanto señalan que no aceptarán listas de precios que no las respeten. Según dicen allí, los proveedores estarían subiendo de precios de modo nominal, o a través de la suspensión de promociones y bonificaciones que les concedían a las empresas de retail.