"Un platillo volador del espacio exterior se estrelló en el desierto de Utah después de ser rastreado por un radar y perseguido por helicópteros", cuenta la descripción de la foto, publicada por la NASA en noviembre de 2018.

El episodio fue un hito para la agencia espacial de Estados Unidos que enfrentaba la misión Génesis donde una aeronave recorrería el Sistema Solar en busca de los distintos elementos que constituyen el Sol.

Nadie esperaba un impacto de tal magnitud, mucho menos cuando el proyecto apuntaba a encontrar muestras de una estrella.

Con esa información se concluiría de qué estaba hecho el Sol y se conocería más sobre el período en que se formaron los planetas

La nave tenía una cápsula con una caja de materiales de viento solar que recolectó cuando la nave orbitaba en el punto donde convergen la gravedad de la Tierra y el Sol en un perfecto equilibrio.


El proyecto Genesis estaba armado para que se liberase un paracaídas en un descenso lento y estabilizado que se daría apenas 2 minutos después de cruzar la atmósfera terrestre. De esa forma, la cápsula caería en el campo de la NASA en Utah.


El 8 de septiembre de 2004, la cabina científica y las muestras de viento solar que traía chocaron a 310 kilómetros por hora contra la superficie. En la foto del impacto se ven los helicópteros que iban a transportar el material a una sala limpia lejos de la contaminación de la Tierra.


El error se debió a una falla en los censores que fueron instalados al revés. Ese desperfecto técnico provocó que los paracaídas no se abrieran. El accidente generó graves daños que llevó a que las cargas se contaminaran y se rompiera parte del equipo que las traían.

La misión no fue un fracaso absoluto pese al choque. Algunos materiales sobrevivieron y los investigadores pudieron limpiar el material sin alterarlo. Ese trabajo permitió conocer detalles únicos sobre la composición del Sol y sus diferencias con los planetas que lo rodean.