Los principales imputados pertenecen a la comunidad gitana y llegarán al juicio en prisión preventiva. El tribunal oral número 9 anunciará su veredicto a principios de setiembre. El tribunal oral número nueve de la Capital Federal fijó para principios de agosto próximo la realización del juicio por el asesinato del diputado Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadón, cometido el 9 de mayo de 2019 a metros del Congreso de la Nación.

El juicio tiene como imputados a integrantes directos e indirectos de una familia de gitanos, dos de ellos como coautores del doble crimen y el resto por tenencia ilegal de arma de fuego. Los acusados por el homicidio son Juan Jesús Fernández y Juan José Navarro Cádiz, quienes en la mañana de aquel 9 de mayo estaban a bordo de un vehículo del cual partieron los disparos que acabaron con ambas vidas.

Fernández y Navarro Cádiz se acusan mutuamente sobre quién disparó el arma con mira láser, y ese será uno de los temas a esclarecer durante el debate oral. El tribunal, integrado por los jueces Fernando Ramírez, Ana Dieta de Herrero y Luis Salas, estableció que el juicio se realizará los días 2, 4, 9, 11, 18, 23, 25 y 30 de agosto y 1° y 8 de septiembre, en audiencias que comenzarán a las 9.

En el caso de Fernández y Navarro Cádiz, defendidos por los abogados Ángel Oscar Moyano y Ramón Arigos, las audiencias serán presenciales. Para el resto de los imputados, Juan Fernández Cano, Miguel Navarro Fernández, Rocío Michell Montoya González, María Argentina Cádiz Vargas y María Rosa Cádiz Vargas, las audiencias serán virtuales, a través de la plataforma Zoom.

El tribunal convocó a un total de 91 testigos, a instancias de las querellas y de las defensas. Fernández y Navarro Cádiz, ambos detenidos, están acusados de "doble homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía y por placer".

El diputado Olivares, quien murió tres días después del ataque,  y su asesor Yadón, quien falleció en el acto, recibieron cinco disparos provenientes de una pistola Bersa Thunder calibre 40 con mira láser. Los imputados les dispararon desde un automóvil Volkswagen Vento estacionado detrás de un micro, sobre Avenida de Mayo entre Luis Sáenz Peña y Virrey Cevallos. Las víctimas realizaban una habitual caminata aeróbica, como cada mañana antes de concurrir a sus trabajos.

"El homicidio no fue más ni menos que una práctica de tiro sobre dos blancos móviles indefensos, derivada del placer por desahogar el instinto de matar sin otro motivo que el de probar el arma y su mira láser", sostuvo la fiscal Estela Andrades cuando propuso que la causa fuera elevada a juicio, hace exactamente un año. Según el peritaje, Navarro Cádiz fue el autor de los disparos, pero eso será tema de debate durante el juicio puesto que éste sostiene que estaba consumiendo cocaína cuando Fernández empuñó el arma y efectuó los disparos.