Protege contra 4 de los serogrupos de esta bacteria, causante de la meningitis y de la enfermedad meningocócica invasiva. Se presentó oficialmente la disponibilidad en la Argentina de la vacuna antimeningocócica conjugada tetravalente, que protege contra los serotipos A, C, W-135 e Y del meningococo, una bacteria responsable de producir meningitis y/o infección generalizada (sepsis). El meningococo afecta fundamentalmente a los lactantes y niños pequeños, con riesgo de generar complicaciones, de producir secuelas permanentes e inclusive ocasionar la muerte.

Durante una reunión científica, organizada en modalidad virtual por el laboratorio Pfizer, la doctora Ángela Gentile, infectóloga y epidemióloga pediatra, jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, destacó que a pesar de que actualmente existe en nuestro calendario nacional de inmunizaciones una vacuna contra el meningococo que incluye 2 dosis a los 3 y 5 meses y un refuerzo a los 15 meses, “la nueva vacuna conjugada tetravalente representa una muy buena noticia, sobre todo para trabajar sobre los esquemas de vacunación incompletos. El hecho que esta vacuna a partir del año de edad solo exige un esquema de una dosis única, facilitará el recupero de esquemas incompletos”.

La enfermedad meningocócica se presenta como meningitis en 1 de cada 2 casos y evoluciona a una infección generalizada (bacteriemia o sepsis) en 1 de cada 3. “Su manifestación clínica es impredecible; generalmente, aparece con un cuadro en las vías aéreas superiores, pero que en pocas horas puede llevar al paciente a las unidades de terapia intensiva. Muchas veces, el uso de antibióticos no modifica significativamente el curso de la enfermedad y el margen de mortalidad oscila entre el 10 y el 15% de los pacientes. Además, de los que sobreviven, entre un 10 y un 20% podría sufrir secuelas irreversibles. Esto hace que, pese a que es una enfermedad de baja incidencia, tenga un alto impacto en la comunidad médica y en la consideración de la gente”, agregó por su parte del doctor Eduardo López, infectólogo pediatra, Jefe del Departamento de Medicina del mismo hospital y profesor de Vacunología de la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador.

Como la mayoría de estos síntomas de inicio -como cuadros febriles que parecen cuadros virales- suelen ser comunes a otras condiciones médicas, siempre es recomendable la consulta con el pediatra para determinar un diagnóstico preciso”, insistió López. “En todos los casos, la portación es una condición necesaria previa a la invasividad, el riesgo de portación aumenta con el hacinamiento y la vulnerabilidad social, tanto en niños en edad escolar como en los adolescentes”, completó la doctora Gentile.

Entre otros, los principales síntomas de la enfermedad meningocócica en los más pequeños suelen ser irritabilidad, sueño, fiebre, llanto intenso y desconsolado, y rechazo al alimento. Por su parte, en los niños, además de estos signos, puede presentarse dolor de cabeza, disminución del nivel de conciencia, sensibilidad a la luz, rigidez en el cuello y náuseas y vómitos.

“Más del 70% de los casos se da en los primeros 6 meses de vida, por lo cual la vacunación en lactantes es prioritaria, ya que estamos protegiendo al grupo más vulnerable. Tampoco debemos olvidarnos de los adolescentes, que son portadores y potenciales transmisores. Por lo tanto, en ellos, el objetivo de la vacunación es disminuir la propagación y ofrecer una protección indirecta a aquellos niños que no estén vacunados”, remarcó López.

Respaldan la seguridad y eficacia de la nueva vacuna antimeningocócica conjugada 20 trabajos de investigación en fases 2 y 3, con más de 10 mil participantes, que permitieron evaluar su nivel de seguridad, y 7 estudios pivotales sobre distintos grupos etarios que evaluaron su capacidad de generar anticuerpos (inmunogenicidad).

“En las investigaciones, demostró un nivel de protección similar a las demás vacunas de su tipo, pudiendo aplicarse en lactantes conjuntamente con todas las otras vacunas incluidas en el calendario, mientras que en niños de 12 a 23 meses también obtuvo niveles de inmunogenicidad excelentes. En los adolescentes y adultos, alcanzó una persistencia de la respuesta inmune hasta los 10 años. Con lo cual tenemos una vacuna con muy buen perfil de seguridad y con títulos de anticuerpos muy satisfactorios a distintas edades”, manifestó el especialista.

Otro de los beneficios evidenciados por la nueva vacuna en distintos estudios fue que, comenzando antes de los 6 meses al utilizar 2 dosis más un refuerzo, se obtenían excelentes niveles de respuesta inmunológica, lo mismo que con un esquema de 1 + 1 comenzando a partir de los 6 meses, o con una única dosis a partir de los 12 meses.

“Este no es un dato menor, porque dadas las bajas tasas de cobertura y los esquemas incompletos de vacunación en nuestro país, esta vacuna podría ayudar al pediatra a cumplir con el calendario nacional de vacunación”, sostuvo López.

El doctor Marco Safadi, infectólogo pediatra brasileño, presidente del Departamento de Infectología de la Sociedad Brasileña de Pediatría, e invitado especial para participar de la reunión científica aseguró: “Si nos basamos en la experiencia en el mundo real, veremos que si bien esta enfermedad es relativamente rara, se justifica la implementación de programas de vacunación rutinarios debido a que es una enfermedad impredecible, que se presenta en un 90 por ciento en personas sanas, mayoritariamente niños pequeños, y puede generar brotes, epidemias, con un elevado nivel de mortalidad y morbilidad”.

Safadi remarcó el crecimiento del serogrupo W, que se caracteriza por su particular virulencia y la importancia de vacunar a los adolescentes, que son los mayores portadores de la bacteria, para evitar la transmisión y promover una inmunidad colectiva: “Hay una tendencia mundial a vacunar con la tetravalente a los lactantes y a los adolescentes”.

“Es importante contar con nuevas vacunas contra el meningococo, por un lado, porque es una enfermedad para la que muchas veces los laboratorios productores han dado faltante en la producción de este tipo de vacunas y, por el otro, porque al ser conjugada se puede aplicar a partir de las 6 semanas de vida con respuesta inmunológica adecuada y además genera memoria inmunológica”, concluyó López.

En cuanto a los efectos adversos, los reportes fueron muy bajos, la mayoría vinculados a molestias en el sitio de la inyección, con enrojecimiento y -en muy pocas ocasiones- fiebre, cefalea e irritabilidad.